Se trata de un tramo de casi 5 kilómetros que permite al visitante disfrutar del arroyo Claromecó antes de que desemboque en el mar.
Las famosas siete cascadas sorprenden mientras se recorre el cauce aguas abajo, ya sea en automóvil, caminando o también con algunas de las embarcaciones tipo kayak o canoas que parten de Puerto Mosquito y aseguran la diversión a quienes quieran ser protagonistas de esta singular aventura.
Lo ideal es hacer la navegación en grupo. El recorrido no es para nada extremo, por el contrario, invita a quien lo practique a navegar cómodamente y a aprender cómo se maneja y desplaza una embarcación dentro del agua. Este curso es perfecto para que los más chicos aprendan a remar.